2014-10-24

¿Por qué coleccionar discos?


 
"En uno de sus cómics de la muy recomendable colección American Splendor, Harvey Pekar retrataba la obsesión de un joven de los años 70 por el coleccionismo de discos de jazz. El protagonista alcanzaba cotas auténticamente enfermizas en su afán por poseer todas las grandes joyas del género, hasta el punto de arruinarse y tener que replantearse su vida.
Hace un par de días, mientras leía ese cómic, me dio por preguntarme por las razones que me han llevado a convertirme en coleccionista de discos. Afortunadamente no he llegado al extremo del personaje de Pekar, pero soy consciente de que, desde que tengo uso de razón y algo de dinero en el bolsillo, he gastado cantidades absurdas en música. Casos como el mío (y el de muchos que conozco) resultan aún más paradójicos si se tiene en cuenta la época en la que nos ha tocado vivir: en los 70, la posibilidad de escuchar un álbum en un momento concreto pasaba obligatoriamente por su posesión en formato físico. Hoy, basta un clic para disfrutar de -casi- cualquier canción. Así pues, el coleccionista de discos es hoy día un tipo extraño al que muchos miran raro y la mayoría no entienden. Casi una especie en extinción. 

Dicho esto, ¿por qué coleccionar discos? Ahí van diez de mis razones:

1 – Colecciono discos porque adoro el momento de elegir cuál de ellos poner, sacarlo de la funda y escucharlo. Así de simple. O de complejo.
2 – Colecciono discos porque cada uno de ellos es una fotografía de un instante de mi vida en forma de canciones. Soy incapaz de recordar qué ropa llevaba puesta ayer, pero tengo grabado a fuego el momento en que conocí a cada grupo de los que han puesto banda sonora a mi existencia. Del mismo modo, recuerdo de manera precisa el momento en que adquirí éste o aquel  disco, dónde estaba, con quién, qué hacía… La memoria es así de caprichosa.
3 – Colecciono discos porque sus portadas, contraportadas y libretos dicen cosas. Cosas menos importantes que las canciones, pero igualmente interesantes para aquel que disfruta desentrañando los secretos de un álbum. Algunas portadas son, de hecho, auténticas obras de arte.
4 – Colecciono discos porque creo firmemente que si un producto te enriquece culturalmente es de justicia corresponderle con una aportación económica. Es más, disfruto contribuyendo con mi dinero a los músicos, sellos discográficos, distribuidoras o tiendas que creo que merecen recibirlo.
5 – Colecciono discos porque el sonido de un vinilo reproducido en un equipo decente es incomparable al de un cd. Del mp3 (o al menos de la mayoría de los que circula por la Red) mejor ni hablamos.
6 – Colecciono discos porque disfruto del placer de bucear en el catálogo de una tienda, ya sea real o virtual, y encontrar aquel álbum que llevaba años buscando. Igualmente, pocas cosas se pueden comparar al placer de recibir en casa un pedido de discos que has encargado por Internet, actualmente la principal vía que tengo para adquirirlos.
7 – Colecciono discos, en este caso de vinilo, porque su durabilidad está más que comprobada. Tengo vinilos en casa de hace más de cincuenta años, y siguen sonando. Muchos cds de hace diez han dejado de hacerlo, a pesar de que en su día los vendieron como el formato definitivo. De nuevo, del mp3 no hablamos: en su día tenía unos 100 gigas de música en un disco duro. Un buen día desaparecieron cuando a éste le dio por no volver a funcionar.
8 – Colecciono discos porque, lejos de parecerme incompatible, lo veo como el complemento perfecto para mi otra gran manera de disfrutar de la música: Spotify. En casa, con calma y buen sonido, vinilos. Para todo lo demás, circulito verde.
9 – Colecciono discos porque me gustan estéticamente. No es una razón de peso, lo sé. Pero reconozco que me encanta levantar la mirada mientras estoy en el sofá y admirar mi propia colección. Qué bonita es, coño.
10 – Colecciono discos porque, en el fondo, me gusta acumular cosas, clasificarlas y ver cómo crecen en número. Algo muy idiota, pero también muy humano. Creo que siempre fui así: cuando era pequeño coleccionaba  Gi-Joes, luego latas de refrescos y después música. Y entre medias, muchas otras cosas. Así que es posible que haya algo de síndrome de Diógenes en todo esto."

Amén.

2014-07-17

Temazos Visuales. TV#10

Menudas ganas de oir el disco entero, la preescucha de youtube deja con dientes más largos que un día sin música. Unos días más y nos despejará dudas. Este single de adelanto no solo gusta a mis oidos y por eso encaja en esta sección a la perfección, sin calzador ni vaselina. Vamos John sal a bailar, que tu lo haces fenomenal...


2014-05-07

Temazos Visuales. TV#9

Una maravilla visual e instrumental lo de estos catalanes Exxasens, más que recomendable es su Eleven miles anterior pero con este Rocket to the sky introducen perfectamente su nuevo LP Satellites. Ojalá se dejen caer por el norte pronto.

2014-04-28

#14 Mobydick - Cotard delusion

Shhhhhhhhh que empieza...luz tenue, trago de patxaran y...olvídate, ya eres suyo. Desde que suenan los primeros acordes hasta que se canse. Nadie consigue esa intensidad sobre un escenario a este lado del Nervión, ¿espera?...quizá al otro tampoco.

Esta vez no hace falta echar la red muy lejos para pescar...¡una ballena nada menos!. Primer larga duración de este todoterreno después de dos EPs autoproducidos donde, en solitario mayormente, se atrevía tanto con temas propios como con versiones a las que retuerce hasta apropiárselas. En muchos e intensos momentos del disco Eneko se junta con su nueva banda, compartiendo también surcos con artistas de la talla de Ainara LeGardon o Nacho Mastretta por nombrar alguno. Solo o acompañado, mirada al vacío, rabia y sentimiento.


Como la espiral que nunca se cierra...y digan lo que digan, enganchados a sus sombras desde el verano pasado, este "folk-rock oscurantista" como él mismo lo define, se hizo esperar en formato digno de este blog. Financiado por medio de crowdfunding, mientras se pudo por suerte, ya que la incapacidad política reinante parece querer joder esta vía también para no desentonar...¿razón? por no chupar suficiente.


Ocho temas recorren cada una de las doce ansiadas pulgadas rojas que consiguen hacernos creer haber muerto. Cotard delusion.

Margen izquierda:
1- A brand new day in a brand new world; 2- A tale of death; 
3- Cotard delusion II; 4- Cotard delusion I 
Margen derecha:
5- Hey god; 6- Liar; 7- Dogs; 8- Ama (Aita)

Por darle la coherencia que el propio autor otorga a su obra, haré la excepción de empezar por el tema que precisamente no aparece en el vinilo y que abre el disco. Siempre me ha parecido importante el orden de las canciones en un álbum, y en este caso concreto más, pues la edición en vinilo dependía de unas circunstancias que por suerte se dieron. Dicho esto, el disco está concebido en su inicio de esta forma, sus razones tendría así que haré como si sonase a 33 revoluciones y pico...
Desde el primer segundo con la adaptación de la casi instrumental "Dark was the night...", original de Blind Willie Johnson, donde suelta dedos transportándonos a principios del siglo pasado y al otro lado del atlántico, ya puede intuirse algo distinto, íntimo. No te equivocas si piensas que va a ir a más, "A brand new day..." aumenta esa sensación de calma y soledad para ir en progresión hasta el amanecer, comienza el día y un viaje apocalíptico. Cada instrumento aumenta esa experiencia y la guitarra añade cierta amargura. Lleno por favor.
Nada bueno puede ocurrir después de emprenderder tan imponente camino, "A tale of death...". No sabía que se pueden poner los pelos de punta sin tocar una cuerda, dedos y silbido, voz desgarradora y melodioso final, los secretos de la vida se revelan así. La rabia sale a relucir, no puede permanecer siempre callada en el interior de uno y Cotard delusion II, con un relajante inicio, termina por expulsar a certeros guitarrazos que prácticamente poseen al artista en sus actuaciones en directo. Guisado y comido.
No, hoy no hay cerveza que acompañe la eschucha, patxaran sería ideal...pero me quedo con un buen Ardbeg entrado en años (gracias Mikel, ya sabes lo que te toca).
Casi siempre viene la calma después de la tempestad, Cotard delusion I me tranquiliza, su voz se divierte a la vez que juega a indios y vaqueros contigo, La banda aquí, coros incluidos lo borda y consiguen entre todos crear la atmósfera necesaria para saber que el limbo existe.
Cruzamos la ría y Hey god se nos echa encima, un viaje interior de lo más reflexivo. El folk se apodera de una maravillosa canción y lo atrapa sin soltarlo hasta que el Señor quiere. Se pueden diferenciar tres más o menos claras partes en la canción, la primera sosegada y sumisa, una segunda rebelde y directa a la cara, y la concluyente y emotiva tercera parte que termina con un espléndido juego de dedos. A sus pies.
Continuando con la tendencia intimista del disco llegamos al sprint final en forma de Liar y Dogs. La primera parece un alivio cantado para quien interpreta y palos para quien se dé por aludido, quédate tranquilo. El propio Eneko se encarga de todos los instrumentos para esta pieza y lo que resta del disco. En Dogs, con dobro incluido, se puede notar cierto olor a decepción en el ambiente y por momentos a relajación, sonidos de añoranza, pero los pelos de punta es difícil evitarlos tanto en el bello tema central como en el profundo carry on final. No cabe duda que el álbum sabe dónde hurgar, esos oscuros lugares no muy frecuentados por nuestros pensamientos.
El camino finaliza, todo tiene su final...pero sobre todo un principio, Ama (Aita) cierra el disco a golpes de verdad y consejos. Una celebración y reconocimiento. La ghost song por parte del progenitor del artista, culmina esta obra redonda de principio a fin con un minuto aún más personal si cabe. Adiós.

Sobra decir que esto está lejos de intentar descifrar la obra, no es más que una interpretación personal, escupir al teclado lo que entra por mis oídos y se cocina entre sangre y sensaciones. Cualquier parecido con la realidad y la intención del autor es pura coincidencia o excesiva ingesta de alcohol. Queremos más. Hay discos que les sobran minutos, pero a este le faltan caras.

xxx 9/10 xxx