2011-07-27

#8 The Doors - L.A. Woman

Que sí, que ya me lo han dicho miles de veces: "el negro es mejor", "el primero le da mil vueltas", "el de las caras tiene the end, es insuperable"...y hasta algún "¿pero qué le ves a este disco?". Bien pues me quedaré tranquilo rebatiendo dichas afirmaciones y daré respuestas a esa pregunta con esta entrada tan esperada.
Salvo que The end es insuperable, todo es relativo. No será mi funeral el único en que suene esa canción, sólamente por ello os podéis ir haciendo la idea de cuánto me gusta, pero es distinto si nos referimos a un disco al completo, y es que si entrase a comparar canción a canción el primer album (1967) con este sexto de 1971, podría cometer el error de perder la contienda, como si de un partido se tratara comparando un lateral por otro y demás...todo cuenta a la hora de decidirse por uno u otro disco, y el hecho de que todo el mundo conozca el primero me hace posicionarme más si cabe en su contrario. Pero dejémonos de peleas y veámoslo como lo que son, uno es el comienzo de una carrera corta pero intensa, me río de los Beatles en cuanto a intensidad (incomparables en calidad o cantidad), y el otro es el último de esa misma carrera. Se lo tomó al pie de la letra el bueno de Jim, eso es un sprint y no lo de Bolt...En medio hay miles de noches y no muchas menos borracheras.
Una de las joyas de Vinilonia. Primera edición especial, EKS75011
El caso es que al contrario de lo que podría parecer, todo es relativo insisto, esas borracheras pudieron llevarse al hombre pero no su deslumbrante mente, al igual que el desgaste en la relación con sus compañeros tampoco evitó, me atrevo a decir, que éstos tocaran como nunca. Manzarek ve la música como nadie, y no digo ni mejor ni peor...pero tuvo huevos que un grupo sin bajista, no lo eches de menos en ningún momento, ¿inconcebible? posiblemente, pero Ray lo consiguió...¿algún otro caso? por favor refrescarme la memoria. Sus teclados, son quizá el sello musical de estas puertas durante todo su repertorio, o si me apuráis, el aire fresco que otros no supieron y siguen sin saber dar a un grupo. Si bien es cierto que en el estudio de grabación sí usaban bajistas (en este caso Jerry Steff).
Vamos a destripar las canciones de esta obra maestra, porque me pierdo yo sólo escribiendo y quizá sean notas demasiado generales:
Blues. Blues. Y algo de blues, pero mejor con mayúsculas no? BLUES. No creo que invente nada diciendo eso pero aunque no sea lo más puro del estilo lo que proponen, no se me ocurre mejor forma de definirlo. The Changeling abre el disco, muy animado el tema y cada miembro del grupo tiene su momento grande, por descontado que Jim canta y da palmas cuando suelta el vaso, pero ésta es un claro ejemplo de que cuando se juntan grandes músicos...el resultado es dificil que sea malo. Recuerdo como si fuera ayer, la primera vez que escuché el disco, la palabra que me salió al oir su primer corte fue: promete, ¡qué guapa!
Por culpa de los miles de recopilatorios existentes, la siguiente ya la conocía para aquella ocasión. Es uno de sus singles clásicos y sin embargo para mi de las más flojas del disco, aunque ya la quisieran otros. Love her madly fue la canción con la que presentaron el disco. Extraño.
Le siguen Been down so long y Cars hiss by my window dos rítmicas canciónes que podrían ser acusadas de haber cambiado a los doors por bluesmen de primera, pero claro, es que ya lo eran. Krieger se luce en la primera de las dos con unos solos que dejan las cosas claras sobre quién se siente cómodo al tirar por esos derroteros. El ritmo repetitivo de Densmore a la batería hace que la canción sea fácilmente reconocible y que todos los cuellos se muevan con una perfecta sincronización. ¿He mencionado la palabra blues en algún momento? porque en Cars hiss... si no quedaban claras ya las influencias, ahora es el momento en el que hasta los sordos deciden probar la articulación de su tobillo izquierdo. Siéntate con la espalda más o menos recta, rodillas a 90 grados aproximadamente, pie completamente apoyado en el suelo, ahora levanta una y otra vez el pie sin separar el tacón del suelo mientras te balanceas ligeramente a los lados y las manos golpean tus rodillas alternativamente...that's blues, man!
Uno de los puntos fuertes del disco despide la cara A, L.A.Woman. No me avergüenza reconocer que desde el momento que supe que iba a ir a Los Ángeles, pensé en ir en coche con las ventanas bajadas y esta canción sonando en los altavoces...dicho y hecho. Pelos de punta y un sentimiento dificilmente repetible, mis perfectos acompañantes dieron cuenta de ello y disfrutaron conmigo, gracias! Como recuerdo de Los Ángeles y de la mejor feria de discos jamás contemplada me traje el Strange days entre otros. Esta canción que pone nombre al disco, está dedicada a la ciudad y no a la mujer como podría parecer, aunque cualquiera de las interpretaciones me parece tan válida como la otra. Tristemente sirvió de despedida de Morrison a su amada ciudad, pues se mudaba, por última vez, a París. -Pídeme otro whisky doble Janis!
Recomendación personal para tomar algo: Barney's Beanery (8447 Santa Monica Blvd-West Hollywood, CA 90069),
dónde en su día se convirtieron en habituales gente como el propio Jimbo, Janis o Bukowski...vaya chapa y no he dado vuelta al vinilo aún...perdonadme por esta vez.
La cara B, no empieza muy atractiva. Con L'America experimentaron para qué nos vamos a engañar, una de sus cortes más extraños, pero sirve de entrada a una canción más del estilo a discos anteriores Hyacinth house, batería machacona, una guitarra muy limpia y teclados progresivos (la E de ELP debió oir este disco alguna que otra vez).
Volvemos a la tónica predominante en este su último disco de estudio, el blues...Crawling king snake retoma dónde lo había dejado Cars hiss by my window. Sea por la barba prominente del que da voz al asunto, de  su paso por la carcel o bien del devenir de los años, pero hay un notable cambio de registro respecto a otros trabajos, aunque cada día me gusta más esa voz ronca. Puede que el whisky tenga parte de culpa, y el Sr. Piedra tambien se dió cuenta del cambio para bien al llevarlo a la gran pantalla adoctrinando como nadie antes ni después en un papel irrepetible y hecho a la medida del posteriormente mediocre Batman de turno. Todo es relativo. Justo hace unos días vi en directo a su sustituto al frente de los doors en la actual andadura, aunque ya no siga con ellos, un desmejorado Ian Astbury, que canta como los ángeles, pero no es un ángel. Al César lo que es del César, The Cult tiene una gran historia, y me gusta mucho, pero prefiero personalmente que no imite a nadie, y en este caso, mejor no tocar. Al rey lo que es del rey (lagarto). 
Como aperitivo antes del climax, nos regalan una medio-cantada medio-recitada The WASP, que además de militar, sureña, extraña y animada, me invita a abrir la cerveza que tenía enfriando justo para disfrutar del último corte Riders on the storm. De todos es sabido que relata la experiencia que sufrió Jim cuando era niño al contemplar un accidente y sentirse poseido por el alma india de uno de los siniestrados. Para mi esta es una canción perfecta, tiene tintes de blues, de rock, de jazz...esa lluvia destila sensualidad, ideal para practicar deportes horizontales. La letra. Todo. Se acaba...y vuelve a arrancar, muy grande. Para que luego digan que las canciones de siete minutos se hacen largas, si no la quieren poner en la radio peor para ellos, pero es perfecta. Diez minutos más tendría que haber durado, aunque sea sólamente para ver qué se les ocurría a estos genios. Me pueden lo siento. La imperial stout sabe mejor si cabe.
Unos meses después de editarse este disco, Jim Morrison moría en París privándonos de su magia para siempre.

xxx9,5xxx

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